no tenía límites en los tobillos sobre el río ondulaba y permanecía perdiéndose hasta llegar al cielo y la niña jugaba en la orilla con un barrilete seguía la sombra de gasa y despacio la unidad profunda la niña atravesada por el río el juego apagado por el agua
De chiquita leía libros y no paraba hasta llegar a los dibujos. Era una sensación de triunfo muy particular, un juego mental interno, propio.
viernes, 15 de mayo de 2009
con el reojo encontraba verdaderos oasis la niña y le decían que mirara de frente pero aprendió sola y ella que remar los costados de las lluvias no era más que la primera parte